Vívida autenticidad

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Alexa Aguilar
Factores como la desinformación o la inmadurez nos llevan a juzgar y excluir a seres humanos que son, en esencia, iguales a nosotros. En ocasiones, tendemos a rechazar lo que nos resulta "diferente", como a las personas con TEA, que significa Trastorno del Espectro Autista, una discapacidad del desarrollo que se origina durante la gestación embrionaria. “Las señales de comportamiento del Trastorno del Espectro Autista a menudo aparecen temprano en el desarrollo”, según indica el Instituto Nacional de Dificultades de la Comunicación de Estados Unidos. Las personas con autismo pueden presentar limitaciones para comunicarse en términos sociales y para expresar sus sentimientos a los demás. También existe un comportamiento llamado hiperfocalización, que consiste en dedicar toda su atención a una actividad específica, aunque no siempre es algo tan rígido. Debido a su comportamiento, las personas autistas, en su niñez, tienden a confundir a quienes no están familiarizados con el trastorno. Por ejemplo, pueden parecer groseros, desinteresados, distraídos o violentos, cuando estas acciones son parte de su condición. Esta percepción se debe a su dificultad para comunicarse con los demás; en los casos más graves, es probable que no lleguen a un nivel de comunicación “normal” para alguien de su edad, e incluso que no puedan mirar a las personas cuando les hablan. En ocasiones, tampoco hacen ciertos gestos como señalar o manifestar algo. Algunos pueden mantener un monólogo a solas durante horas, hablando de un solo tema sobre aspectos que conocen en detalle, como las matemáticas o la música. Sin embargo, no les es posible sostener una conversación con otros sobre esa misma temática. En otras circunstancias, es probable que experimenten ecolalia. Esto significa que, durante una conversación, repiten una secuencia de palabras que no está relacionada con lo que la otra persona está diciendo. Estas frases recurrentes pueden usarse para iniciar una charla, o pueden haberlas escuchado en un programa de televisión, una película o en otra conversación, y luego las repiten en un momento determinado. Un ejemplo es utilizar una frase como “Me llamo Juan” con familiares o amigos que ya conocen su nombre. A veces, formulan preguntas, como "¿Quieres algo?", para referirse a que ellos necesitan o desean algo. El espectro autista es muy similar a un arcoíris: es amplio y cada individuo es completamente diferente del resto. Puede que sea difícil entender a alguien tan misterioso y sorprendente, pero siempre debemos mantener una perspectiva positiva; si lo vemos todo desde la ignorancia, jamás contribuiremos a que reciban la mejor calidad de vida posible, que estas personas, extremadamente especiales, merecen. El autismo, más que una discapacidad del desarrollo gestacional, es una característica única y auténtica.

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